Escribiría sobre mis historias de vida. Mis amores y desamores, ingenuidades y desilusiones. Pero no sirve de nada.
Creo que me explayaré desde la visión de amiga, amante a escondidas, o simplemente ex novia que no comprende las intenciones de su ex novio/ex amigo/intento de amigo/relación indeterminada.
Intento hacer un recuento de los sucesos que acecharon mi mente hace ya un año y medio. Ese juego de idas y vueltas interminable que sólo logra desgranar aún más lo que quedó de esos corazones deteriorados.
Comenzó por una amistad que nunca creyeron terminar así. Inexperta en el ambiente pero decidida y firme a convicciones se guió por impulsos e instintos. Esos instintos e intuiciones que en una mujer inteligente no fallan, pero en mujeres como ella (y como yo, para qué negarlo), todo juega patas para arriba. El mundo del revés es el espejismo favorito.
Todo era visible, mas no todo convenía. Se sabía, no quería verlo. Cuando asumió lo que esos ojos fotografiaron, noté que pasaba mucho más en aquella amistad que un simple “sanguijelazo* de amigos” (si si, acostúmbrense a que invente palabras, es un mal que habita en mí).
Terminó en más que una dulce y simple amistad como era de esperarse. Creo en la amistad del hombre y la mujer siempre y cuando no ocurra un cambio psicológico en ambas partes, en el mismo momento, en el mismo lugar y por la misma razón. Hubo un cambio de sensaciones inexplicables, incomprensibles… Se extendieron durante más de medio año y desarrolló un noviazgo bizarro pero interesante. Como siempre, una de las partes se compromete más que otra. Uno busca más otro menos, uno piensa en un futuro lejano y próspero, el otro bien gracias si piensa. Pero los sentimientos crecen igual, no a la par de las expectativas de cada uno, pero crecen. Sin embargo, toda relación entre yugos desiguales tiene un desenlace complicado si no se lo para a tiempo. Así fue.
Él en su cómodo asiento, mirando desde la altura de su ombligo lo fácil que era jugar el papel de novio. Lo bueno que era tener a alguien preocupado y pendiente de uno sin pedir nada a cambio (aparentemente). Ella, notando que avanzaba sola, pero creyendo que él llegaría ya que nunca pisó el freno. Realizando planes a futuro en los que “ambos” era protagonista.
Un día el freno lo impuso ella. Como era de esperarse, la historia tuvo un salto de página que llegó a la anteúltima hoja del libro, o al menos eso se creía. La mujer deseaba un futuro firme y poderoso, él se conformaba con su café y sus sueños entre hangares (donde la silueta femenina no amagaba a tener presencia). La relación amorosa sentenció su punto final y aclamó una nueva relación: una bizarra amistad.
Que hipócrita el juego que planteó el ovejero irlandés, que mediocre la credibilidad de aquella muchacha. Que imbéciles ambos por esperar solucionar y mantener un vínculo que sostenga los llantos de una flor marchita y oculte la culpabilidad de ese lobo feroz.
No obstante la amistad bizarra perdura, el lobo culposo intenta proteger a destiempo la flor que por su descuido se marchitó rogando que vuelva a resplandecer. La flor deja al lobo ayudarla, pues siente que con su ausencia va a decaer.
*Sinónimo de pegoteo excesivo que denota una absorción parcial de la vitalidad de uno de los participantes del mismo.
Creo que me explayaré desde la visión de amiga, amante a escondidas, o simplemente ex novia que no comprende las intenciones de su ex novio/ex amigo/intento de amigo/relación indeterminada.
Intento hacer un recuento de los sucesos que acecharon mi mente hace ya un año y medio. Ese juego de idas y vueltas interminable que sólo logra desgranar aún más lo que quedó de esos corazones deteriorados.
Comenzó por una amistad que nunca creyeron terminar así. Inexperta en el ambiente pero decidida y firme a convicciones se guió por impulsos e instintos. Esos instintos e intuiciones que en una mujer inteligente no fallan, pero en mujeres como ella (y como yo, para qué negarlo), todo juega patas para arriba. El mundo del revés es el espejismo favorito.
Todo era visible, mas no todo convenía. Se sabía, no quería verlo. Cuando asumió lo que esos ojos fotografiaron, noté que pasaba mucho más en aquella amistad que un simple “sanguijelazo* de amigos” (si si, acostúmbrense a que invente palabras, es un mal que habita en mí).
Terminó en más que una dulce y simple amistad como era de esperarse. Creo en la amistad del hombre y la mujer siempre y cuando no ocurra un cambio psicológico en ambas partes, en el mismo momento, en el mismo lugar y por la misma razón. Hubo un cambio de sensaciones inexplicables, incomprensibles… Se extendieron durante más de medio año y desarrolló un noviazgo bizarro pero interesante. Como siempre, una de las partes se compromete más que otra. Uno busca más otro menos, uno piensa en un futuro lejano y próspero, el otro bien gracias si piensa. Pero los sentimientos crecen igual, no a la par de las expectativas de cada uno, pero crecen. Sin embargo, toda relación entre yugos desiguales tiene un desenlace complicado si no se lo para a tiempo. Así fue.
Él en su cómodo asiento, mirando desde la altura de su ombligo lo fácil que era jugar el papel de novio. Lo bueno que era tener a alguien preocupado y pendiente de uno sin pedir nada a cambio (aparentemente). Ella, notando que avanzaba sola, pero creyendo que él llegaría ya que nunca pisó el freno. Realizando planes a futuro en los que “ambos” era protagonista.
Un día el freno lo impuso ella. Como era de esperarse, la historia tuvo un salto de página que llegó a la anteúltima hoja del libro, o al menos eso se creía. La mujer deseaba un futuro firme y poderoso, él se conformaba con su café y sus sueños entre hangares (donde la silueta femenina no amagaba a tener presencia). La relación amorosa sentenció su punto final y aclamó una nueva relación: una bizarra amistad.
Que hipócrita el juego que planteó el ovejero irlandés, que mediocre la credibilidad de aquella muchacha. Que imbéciles ambos por esperar solucionar y mantener un vínculo que sostenga los llantos de una flor marchita y oculte la culpabilidad de ese lobo feroz.
No obstante la amistad bizarra perdura, el lobo culposo intenta proteger a destiempo la flor que por su descuido se marchitó rogando que vuelva a resplandecer. La flor deja al lobo ayudarla, pues siente que con su ausencia va a decaer.
*...Isabella...*
*Sinónimo de pegoteo excesivo que denota una absorción parcial de la vitalidad de uno de los participantes del mismo.
5 Títeres y titiriteras:
Uuffffff... estas contando la historia de mi vida!! Pero siempre pasa, siempre pasa... si no tenes una historia asi no vale la pena haber nacido mujer...
Nos vemos titiritera!!
la Fox
voy a agregar esa palabra a mi diccionario!
"Escribiría sobre mis historias de vida. Mis amores y desamores, ingenuidades y desilusiones. Pero no sirve de nada"
No sirve de nada? Si pensabas escribirlo entonces SI te serviría, sea para tener un cable a tierra, para desahogar, para reflexionar, sacar conclusiones, o tan solo escribir algo bello que tenias ganas.
Saludos
Menage
Muy lindo lo que escribiste, muy lindo.
Curioso, el mismo tema que una de las canciones de mi grupo usando los mismos elementos un lobo y una flor pero el compañero que escribio esa canción sufrio la historia al reves , el lobo murio por las heridas que con sus espinas poco a poco le hacia esa que el pensaba era la rosa mas deseable de toda la noche. Incluso yo he sufrido esa historia pero el romance nunca llego a cuajar creo que muchas noches solitarias o no tanto y no tan noches sigo esperandola mientras veo que vive su vida lejos de mi con otra persona sigo en silencio esperando. Muy bien escrito y muy bonito has llegado a ponerme los pelos de punta. Un saludo
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