Recurrencias

Aún retumban esas mínimas esperanzas. Levantó la mirada y se desplomó al toparse con otra realidad.

Ahí estaba, su pequeño amigo, destrozado en cuerpo y alma, pero con una sonrisa reflejada en el rostro. Junto a él, una muchacha que siempre denota alegría, desborda sinceridad y derrocha simpatía (con quién quiere, obvio). Una rubia/castaña pelilarga, que mira la vida entre olas y arena, omitiendo las tormentas que el océano le presenta. Un personaje canoso que aparenta más vejez de la que tiene por su historial o apariencia, pero que a su modo, brinda una mano antes de que caigas. Y por último la morocha pelilarga inmersa en su mundo, dando cátedra de cómo enfrentar la vida sabiendo el temor que le da su propia caja de zapatos, mas ni un titubeo en su discurso pues podría afectar al objetivo en cuestión.

Los bufones intentaban buscar respuestas imposibles. Como futuros ingenieros del pensamiento y la organización no podían soportar no encontrarle una solución. Es difícil comprender que en el campo del corazón la lógica no tiene terreno. Las matemáticas se vuelven inútiles, no obstante, es el mundo que eligieron transitar.

Tras una conversación un poco tensa y carente de amabilidad, la conclusión que obtuvimos fue que el pequeño amigo estaba desilusionado del amor que eligió. Miss simpatía desencantada por un príncipe que prometió reino a muchas princesas pero a ella le juró eternamente ser reina. La pelilarga desenfrascada de su mundo de cristal recogiendo con sonrisas lo que quedó de la margarita. El abuelo entrañado entre risas, sorpresas, mates y pensamientos que sólo él y sus más recónditos sentimientos sabrán. La morocha totalmente desganada de la vida preguntándose qué liberará esa caja de Pandora.

Siempre ellas las víctimas, las pobres. Siempre ellos los tristes y engañados. Qué mentira la que habita en el interior de cada cuento. No todas son santas ni todos son monjes. Blasfemar es gratuito hasta que viene Dios y se las cobra en espíritu. La competencia por la maldad está en su auge. Ya no distingue sexo ni edad. Invita indiferentemente tanto al bueno como al malo a unirse a su juerga. Y como lo prohibido es tentación, al igual que la fruta prohibida lo fue para Adán y Eva, hasta el elegido por los dioses de cualquier índole tiene grandes posibilidades de caer.

Recurrente es el error en el hombre que cree en la mujer que juega con diferentes corazones. Idiota es la mujer que confía en aquel hombre que se permite jugar con una mujer ya marcada. Iluso es de ambos procurar que no se haga con uno lo que se hizo con otro por considerarse especial. Ciego es querer borrar aquellos quiebres que supieron atraernos. Ingenuo es pretender que alguien cambie por el simple hecho de conservar aquel vínculo que alguna vez les hizo feliz.




*...Isabella...*

1 Títeres y titiriteras:

La Fox dijo...

Recurrente es el error en el hombre que cree en la mujer que juega con diferentes corazones. Idiota es la mujer que confía en aquel hombre que se permite jugar con una mujer ya marcada. Iluso es de ambos procurar que no se haga con uno lo que se hizo con otro por considerarse especial. Ciego es querer borrar aquellos quiebres que supieron atraernos. Ingenuo es pretender que alguien cambie por el simple hecho de conservar aquel vínculo que alguna vez les hizo feliz.


=(